viernes, 25 de marzo de 2011

La cantera al poder

Los últimos años han sido realmente demoledores en el fútbol español en cuanto a inyección económica se refiere y, como siempre, existen dos grupos bien diferenciados: Real Madrid, F.C. Barcelona y los demás.

Quitando a estos dos gigantes de la Liga que invierten ingentes cantidades de dinero en la contratación de jugadores, las cosas no pintaban fáciles para los equipos medianos, pequeños y recién ascendidos que tienen que lidiar con patrocinadores y contratos de televisión para conseguir una cantidad suficiente de presupuesto que les permita afrontar la temporada con una mínima garantía.


Visto el panorama que se presentaba, los clubes empezaron a contratar jugadores extranjeros más baratos y de dudosa reputación: Cléber Santana por el Atlético de Madrid; Shota Arveladze por el Levante o Finnan y Nakamura por el Espanyol, por poner algunos ejemplos. Si bien eran jugadores reconocidos en ligas menores, no dejaban de tener una ficha importante para el rendimiento que podían dar y que, finalmente, han dado.

Urgía encontrar soluciones que satisficieran tanto económica como deportivamente y la decisión casi unánime que tomaron la mayoría de clubes en España fue la siguiente: la cantera. Sí, la solución estaba en casa y, además, con una rentabilidad económica tanto a corto como a largo plazo pues, en el caso de que el jugador hubiera despuntado, se podría vender por una cifra más que aceptable y si no lo hubiera hecho la ficha a asumir sería irrisoria en comparación con la de cualquier extranjero.

Pero analicemos a los dos equipos que mejor lo han llevado a la práctica y, además, de dos maneras diferentes. Por un lado, el Espanyol. Después de horribles experiencias con los ya mencionados Finnan y Nakamura así como Roncaglia, Sahar o Beranger, la paupérrima situación de las arcas y los constantes coqueteos con la zona de descenso, se optó por la solución de casa. Se sube al primer equipo a Víctor Ruíz, Dídac Vila, Raúl Baena, Jordi Amat, Ernesto Galán, Javi Márquez, Javi López o Álvaro unidos a los que ya estaban como Javi Chica o David García, y con buenos fichajes libres o a bajo coste, se hizo una gran plantilla que lucha por puestos europeos. Por si fuera poco, se vende en invierno a Dídac y a Victor Ruíz por un total de 16 millones de euros. Una operación redonda. Y el equipo sigue arriba. Increíble.

Otra forma de mantenerse a gran nivel económico y deportivo es la utilizada por el Villarreal. Ya de años atrás seguía la táctica del “compro barato-vendo caro” pero, eso sí, con un ojo para los fichajes que ya le gustaría tener a Txiki, Valdano, Monchi o quien se ponga delante. Un atacante que pasó totalmente desapercibido por Inglaterra como Diego Forlán llegó a Castellón por 3 millones de euros y se fue al Atlético de Madrid por 25. Lo mismo sucedió con Martín Cáceres. Tras una buena campaña como cedido en el Recreativo, se va al Barcelona por 18 millones. Y así un largo etcétera al que seguirán Rossi o Nilmar (10M cada uno).

Pero la estrategia que empezó hace unos años un visionario como Fernando Roig, el presidente, viendo que llegaba la época de vacas flacas, dio sus frutos. Empezó a comprar (o pagar la mitad del pase) a jugadores jóvenes y totalmente desconocidos que acabarían fogueándose en el Villarreal B a la espera de que dieran el salto al primer equipo al cabo de unos años. Y así fue. Marco Ruben, Mustachio, Montero y Escudero, unido a la prolífera cantera representada por Cazorla, Bruno, Mario o Javi Matilla y la incorporación de fichajes de más que contrastada calidad como Borja Valero, Nilmar y Marchena, hace de este Villarreal uno de los equipos más fuertes de la Liga e incluso llegó a pelear algún título en los últimos años.

Podríamos poner un largo elenco de jugadores jóvenes surgidos en los últimos años (Mario Suárez, Canales, Canella, José Ángel, Botía, Guaita…) pero no me llegaría un solo post para nombrarlos a todos. Por lo que se puede ver, la solución no sólo está fuera. Es obvio que para mantener un buen nivel y para ganar algo de marketing fronteras afuera es necesario tener algún extranjero en la plantilla, pero no la aglomeración que había en tiempos de bonanza. Éstos pueden ser suplidos perfectamente, incluso mejorados diría yo, por jugadores jóvenes y con proyección que pueden dar réditos a medio plazo.

Y sobre todo, y lo más importante a mi entender, que cualquiera disfrutaría más viendo a un chaval de su mismo pueblo o ciudad que al brasileño de turno. Fijaos qué espejo sería para los canteranos que sueñan con jugar en primera.

Protejamos el futuro del fútbol español.


¡Un saludo Offsiders!

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